!De tango, tangueras y tangueros!

Llevo tiempo que quiero escribir algo sobre el producto cultural “tango” de esta ciudad. O mejor dicho producto cultural comercializado en la época de alto turismo en Buenos Aires. Porque la larga tradición de tango, la gente aficionada al tango o la cultura popular tanguera en sus múltiples variaciones y facetas es otra historia.
Por lo tanto yo me refiero a como las clases de tango danza han llegado a convertirse en la principal fuente de ingresos para mucha gente al mismo tiempo que la gama de los aspirantes y especialistas tangueros y tangueras se está haciendo demasiado grande. Escuelas abundan por todos lados igual que varias “clases” de todo estilo: técnica para mujeres, coordinación, preparación física del cuerpo, tango salón, milonga con transpié, entrenamiento “psicofísico” y tango “electrónico”……!!!! Los alumnos y profesores por la noche se mezclan en las “milongas” –los lugares donde se baila el tango- en una especie de “yo te saco”, “vos me sacas”, refiriéndome a que la mujer tanguera espera su turno en la pista, o sea el momento que el hombre “tanguero” la sacará a bailar. Muchas de estas personas que se ven casi todas las noches en las milongas por la mañana puede que ni se hablen! Las milongas también es un buen sitio para negociar una clase particular con un “maestro” según el bolsillo y el estilo deseado. Es allí también donde trabajan los y las “taxi tango”! Hombres y mujeres que “se alquilan” por una noche para bailar exlusivamente con el cliente. Es una forma de garantizarle la enseñanza prioritaria en una milonga mediante el acompañamiento exclusivo. Este trabajo es sumamente significativo de varias cosas pero principalmente acentúo la idea de que ir a un milonga no significa que uno va a bailar. Esto depende de otros factores mucho más estilísticos y jerárquicos: belleza, destreza y sociabilidad. Para decirlo de forma brusca: las chicas “lindas” son las que mas “sacan” los tangueros a bailar. Qué casualidad!
En su mayoría el alumnado se compone de italian@s, suec@s, american@s y aleman@s que como individuales o en grupo abundan en las academías y escuelas de danza tango. La mayoría de estos turistas dedica varias horas de su día al tango y al consumo de productos relacionados con el tango: vestimenta, música, etc…
A mí personalmente lo que me molesta no es el consumo del tango. Obvio que es simplemente una mercancía entre muchas otras. Pero sí que creo que es fuerte cuando uno viene desde fuera a entretenerse consumiendo cultura en bajo precio y pasa por lo alto toda la otra esfera de la realidad que vive este país: desigualdad, pauperización, injusticias, explotación. Buenos Aires es una ciudad muy rica en experiencias, muy dura como realidad y multifacética. El mundo del tango es una pequeña burbuja de la realidad total; y quien se quede sólo o primariamente con esta no llega a entender ni a vivir nada de la vida de Buenos Aires.